Con al edad la piel del cuerpo también pierde su firmeza. Las modificaciones hormonales y las exposiciones solares, reiteradas participan igualmente en la pérdida de firmeza.
Empezando con el cuello, donde la piel sometida a la gravedad y a numerosos movimientos, poco a poco va perdiendo su firmeza y elasticidad. Es aconsejable utilizar un tratamiento específico para cuello, ya que la piel en esta zona es más fina que la del rostro y siempre las cremas de rostro están adaptadas.
Siguiendo con el busto, el cuál no dispone de ningún sostén muscular y su piel es también muy fina. La deshidratación, la edad, los cambios de peso, el embarazo y la lactancia, pueden provocar arrugas en el escote.
Y finalmente la parte interna de los brazos, el vientre y los muslos.
Todas estas zonas requieren que sean tratadas con un tratamiento específico cada una, ya que la piel en cada una de las zonas es completamente diferente y las necesidades también son distintas.
¡Deja la perza a un lado y cuida tu cuerpo! 😉