El mejor momento para comenzar a utilizar el contorno de ojos, será aquel en el que sintamos que lo necesitamos, siendo lo antes posible la decisión más acertada. No puedo decir que hay que utilizarlo a partir de una edad en concreto, ya que la piel no entiende de edades, sino de necesidades.

Las características de la piel del contorno de ojos son diferentes a las del rostro y resto del cuerpo, ya que es tres veces más fina que la del rostro, y cuenta con menos glándulas sebáceas y su barrera de protección natural es más débil. Su microcirculación periférica tiende a ralentizarse dificultando el drenaje, y el acto de parpadear y gesticular la mantiene en constante movimiento, ocasionando una acentuación de las líneas de expresión. Esta circunstancia, hace que la piel sea mucho más seca y sensible, que se deteriore prematuramente y que aparezcan signos de envejecimiento concretos como ojeras, bolsas, falta de firmeza, aspecto cansado, falta de luminosidad y líneas de expresión marcadas.

Por otro lado, los ingredientes que no deben faltar en un contorno de ojos son activos hidratantes, anti-oxidantes, calmantes y factor de protección solar. Adicionalmente, y si la necesidad es reparar los signos de la edad, se puede complementar el tratamiento aplicando previamente un suero anti-edad.

Para terminar, os voy a explicar la forma correcta de aplicarlo. Se aplica mañana y noche, una pequeña cantidad en cada contorno del tamaño de un grano de arroz. Con la ayuda del dedo anular a poder ser, ya que es el dedo que menos fuerza tiene, se dan pequeños golpecitos alrededor de todo el contorno, hasta que el producto penetre completamente.

Cuida y mima tu mirada, porque es la parte del rostro que antes refleja tu edad. ¡Y recuerda, cuanto antes empieces a cuidar el contorno de ojos mejor!